jueves, 20 de septiembre de 2018

Un lugar en el corazon -Linda Howard- (Reto Rita 2.0 septiembre)


Reese Duncan quería una esposa. Una mujer con quien tener hijos y que le ayudara en el rancho, alguien que no le diera quebraderos de cabeza... en definitiva, alguien que no se pareciera a su primera esposa, la mujer que le destrozó la vida. Pero el nunca hubiera contado con Madelyn Patterson. Ella era una mujer de ciudad, sofisticada, pero estaba deseando trabajar en el rancho y formar una familia con Reese. Lo único que le pedía a cambio era que correspondiera a su amor, pero eso era lo único que Reese no estaba dispuesto a ofrecerle.

Vaya por delante que esta es una historia que desde el principio pide al lector una prueba de fe. Porque en esta era en la que los medios nos han convencido de que bajo cualquier piedra se esconde un psicópata, que una mujer con dos dedos de frente en cuanto ve a un maromo se lo quiera llevar al catre tiene un pase, pero que se quiera casar con él e irse a vivir a su rancho a tropecientos kilómetros del pueblo más cercano... Ejem. Diré que si estás entre los descreídos esta tal vez no sea tu lectura ideal. 
Por si no fuese bastante, Howard  sigue poniéndonos a prueba con los protagonistas. Reese es el prototipo de macho revienta bragas al que hay que sacar las palabras con sacacorchos, pero eso sí, con mucha vida interior, un trauma que emocionalmente le ha dejado más cerrado que una ostra y una obsesión por no caer rendidamente enamorado de Madelyn que durará las consabidas cien páginas. Madelyn tiene un punto buenista y pollyanna del que gracias a Dios Howard la redime, porque es más lista que el hambre y usará su inteligencia para llevar a Reese al mismo redil al que Reese lleva a las vacas. 
Aunque la historia transcurre por derroteros muy trillados, con sus escenas de tira y afloja, sus momentos hot capaces de incendiar las praderas y esos instantes tiernos en los que Reese es un corderito, recomendaría esta lectura por varias razones. La principal, que Howard es mucha Howard y su buen oficio queda patente en que no necesita de ninguna otra trama paralela para enganchar al lector, ni de una muchedumbre de personajes secundarios para llenar páginas. Esta es la historia de Reese y Madelyn, despojada de todas las distracciones posibles. Y Howard es tan buena que consigue con esta simplicidad que no echemos de menos nada ni a nadie, y la historia gana en intensidad. Incluso le perdonamos esos viejunismos un pelin machistas (la novela es de 1990) porque Linda nos hace ver que Reese se pasa de la raya lo que Madelyn quiere, ya que ella tiene la inteligencia, la mano izquierda y el coraje - la inteligencia emocional, diríamos hoy- para domar hasta al más rudo de los vaqueros.

Valoración: Tres rosas.