jueves, 29 de septiembre de 2016

La Elección- Alissa Brontë



La Elección es un selecto local del que muy poca gente habla. Toda mujer que desea satisfacer sus deseos más oscuros y profundos acude allí con la esperanza de ser la elegida. Durante una noche, un misterioso hombre proporciona a esa mujer un gran placer, haciéndola disfrutar del sexo como nunca antes lo había hecho. Pero las que lo consiguen saben que jamás repetirán…
Paula siente una gran frustración por no encontrar una pareja que la satisfaga sexualmente, así que decide tentar la suerte e ir en busca de la pasión entre los brazos del misterioso hombre del que nadie conoce su identidad.
¿Conseguirá ser la elegida? 
Tengo que confesar que el erótico es uno de los subgéneros de literatura romántica que menos me atrae en los últimos años. Esta desgana viene causada principalmente por esa oleada de novelas con portada negra que después de leerlas me parecen cortadas todas por un mismo patrón: personajes que en su mayoría no pasan de clichés, tramas muy flojas, historias engordadas con cientos de páginas en las que pasa poco o nada y, en general, historias sin chispa y con escenas de sexo, pero sin erotismo.  
Con estas prevenciones, decidí leer esta novela sólo porque al tener 64 páginas creí que, si me decepcionaba, el sufrimiento no duraría mucho. Pues bien, no ha habido ni sufrimiento, ni decepción. Al contrario, he encontrado en esta novela corta todo lo que le faltaba a las demás. Más aún, a pesar de su breve extensión me parece muy superior en calidad a muchos de esos "éxitos editoriales" que tienen mucho de marketing y poco de literatura.
"La Elección" cuenta con todos los elementos para atrapar mi atención. En primer lugar, dos protagonistas complejos, con sus luces y sus sombras pero que tienen en común que lo que buscan en el sexo es solo una excusa para la búsqueda de algo más grande. En segundo, la brevedad de la historia me parece un punto a favor, pues impone un ritmo trepidante a la acción, haciendo que el foco se centre precisamente en la pareja, que es su pricipal valor. En ellos he encontrado todo lo que le pedimos a una historia romántica: erotismo, pasión, pero también mucho amor.
En el otro lado de la balanza, la novela acusa cierta debilidad en su última parte, con una villana un poquito de cartón piedra y un conflicto final quizás precipitado. Aun así, "La Elección" tiene muchísimas virtudes que empequeñecen sus escasos defectos, lo que demuestra que detrás se encuentra una escritora con oficio y sensibilidad.
Una lectura que ha hecho que me reconcilie con el género, y me ha descubierto una autora a seguir de aquí en adelante.
Valoración: Cuatro rosas.

jueves, 1 de septiembre de 2016

El jardín de las rosas silvestres-Patricia Cabot



Edward Rawlings no quiere ejercer de conde y asumir todas las obligaciones que el título comporta. La única manera de evitarlo es encontrando a su sobrino Jeremy, que vive en Escocia con su tía materna Pegeen desde que quedó huérfano. Ella no quiere que Jeremy crezca rodeado de riqueza y sin amor, pero es consciente de que Edward le ofrecerá muchas más cosas de las que ella podrá permitirse jamás, por lo que deciden irse ir a vivir con él. Lord Rawlings está acostumbrado a conseguir cualquier mujer y enloquece con los profundos ojos verdes y la sensualidad de Pegeen. Pero ella lo aborrece, a él y a su clase.
No obstante, cuando llegan a la mansión el riesgo se hace evidente. Pegeen puede resistirse al dinero, al poder y a la posición social de Edward, pero un beso suyo y estará perdida...
Me decidí a leer esta novela atraída por unos personajes que se resistían a encajar en los trajes que el género romántico suele confeccionar. Un duque que no quiere ser duque, o más bien,  tener que asumir las obligaciones que el título comporta. Una protagonista femenina con unos fuertes valores basados en la austeridad como forma de vida y el deber y la rectitud como guías morales. La confrontación entre dos personajes tan distintos auguraba una gran historia, de esas que pueden incluso tocar la fibra más sensible.
Sin embargo, la novedad no pasa del planteamiento. La trama discurre sin sobresaltos, dispuesta a transitar por lugares comunes. Los personajes principales, a priori tan interesantes, evolucionan de una manera bastante plana y previsible, por lo que me ha costado conectar con sus deseos, sus pensamientos y sus actos. La autora recurre en algún momento incluso al cliché (¡ay, esos malos malosos!). 
Me ha desilusionado que una novela bien escrita, no pase de ser una más. Con unos personajes que no han logrado atraparme, ni conmoverme. Con una trama que no me ha enganchado, porque tenía la impresión de haberla leído mil veces. Una historia que, desgraciadamente, olvidaré pronto.
Por cierto, el jardín de rosas silvestres del título es en realidad un invernadero en el que se cultivan las más exquisitas variedades de esta flor. Ocasión que aprovecho para recordar a las editoriales que hay traducciones, que más que traiciones, son puñaladas en el corazón... y agujeros en su bolsillo. El respeto al lector - y eso incluye ofrecerle productos de calidad - es la mejor manera de ganar clientes.
En resumen, una novela correcta, perfecta para disfrutar un agradable rato de lectura, pero sin más pretensiones. 
Valoración: Tres rosas.