Jamás olvidaré aquel momento. Fue una mezcla de novela romántica,
musical antiguo de Broadway y película del oeste de John Wayne. Cuando
aquella noche decidí salir a tomar una copa con unos amigos, no entraba
en mis planes conocer a nadie, y menos aún a un vaquero alto y curtido
que vivía en un rancho a muchos kilómetros de mi refinada y organizada
ciudad natal. Pero cuando quise darme cuenta, las flechas me habían
alcanzado y no pude ni quise detenerlas. Ésta es una historia universal
del enamoramiento, la pasión y el amor inmenso que nos conquista por
completo. También es la historia de mi cowboy, de sus Wranglers y de
unos zahones. Y la mía, una chica que se enamoró de todo ello y decidió
cambiar sus tacones por las ruedas de un tractor.
Esta es, ante todo, una historia sin pretensiones. La protagonista es la mujer detrás de The Pioneer Woman un afamado blog de cocina, en el que la autora también cuenta sus vivencias y las de su familia en un rancho. Un día Ree, entre receta y receta, comienza a contar a sus lectores cómo conoció -y se enamoró- de su marido. Ellos le piden más. Ese es el origen de este libro.
Se trata de una historia convencional en la que dos personas procedentes de mundos en apariencia opuestos se conocen, se atraen y mas tarde se enamoran. Ree es una urbanita consumada, amante del sushi y de los tacones, que vuelve a su ciudad natal en un momento de crísis personal. Acaba de romper con su novio (aunque él parece no haberse enterado) y decide replantearse su vida. El azar -o el destino, nunca se sabe- hace que conozca al último hombre del que esperaría enamorarse: un hombre de campo, un vaquero de cuarta generación. Estas dos personas tan distintas a primera vista consolidarán una relación que se verá puesta a prueba en varias ocasiones.
Lo primero que me sorprendió fue tratamiento del lenguaje, lejos de un uso literario, lo que hace que la lectura sea rápida y fácil. Lamentablemente me ha costado empatizar con los personajes, que me han parecido bastante planos. La protagonista me ha resultado bastante cargante en algunas ocasiones y en general, bastante superficial. A esta impresión han contribuído las constantes referencias a su ropa de marca, sus tacones y su preocupación por su aspecto físico y su apariencia. Su vaquero es también un personaje unidimensional: tan dulce, tierno y protector que resulta tan fácil enamorarse de él como caer en la cuenta de que los hombres tan pluscuamperfectos no existen en el mundo real (y si no, que se lo digan a las tapas del váter).
La historia de amor se consolida muy rápidamente y permanece con la misma intensidad a lo largo de 400 páginas. Con estos mimbres la trama se hace repetitiva: el amor que ambos se profesan lo puede todo...siempre. Sin desacuerdos, ni discusiones, ni conflictos entre los dos.
Un aliciente hubiese sido encontrarse con una cierta dosis de erotismo o al menos sensualidad. Aquí no lo encontrareis, esta es una historia de sentimientos y tan blanca que es apta para el horario familiar. Usando un símil deportivo, Marlboro Man y su chica juegan todo el partido en el centro del campo, sin acercarse ni una sóla vez a puerta antes del altar. Ni un mal córner que nos haga decir: ¡¡¡uy!!!... Lo extraño es que una gran cocinera como la protagonista no sepa que un poco de picante anima cualquier plato.
En resúmen, una historia de lectura fácil que puede hacer pasar un buen rato sin más pretensiones.
Valoración:Una rosa.
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