1. Una novela tiene un principio, un desarrollo y un final. No es una mera sucesión de escenas en las que la protagonista (un evidente trasunto tuyo, querida autora) alterna con el galán discusiones a gritos, -supuestamente cargadas de "tensión sexual"-, con escenas eróticas -también supuestamente cargadas de "tensión sexual". Supuestamente.
Tu "tensión sexual"
2. Describir a tu protagonista como "atractivo" (y sus variantes "muy atractivo" e "increíblemente atractivo") es síntoma de pereza. E identificar un físico impactante con la condición necesaria para que un hombre parezca atractivo a una mujer, es reduccionista. Son muchas las cualidades -muchas veces no sólo físicas- que hacen que un hombre sea seductor. Hay un montón de hombres calvos, gorditos, sesentones e incluso setentones que siguen pareciendo "increíblemente atractivos" y sexys a millones de mujeres en todo el mundo.
Para muestra un botón
3. Una cosa es ser una mujer fuerte y otra una maleducada. Si tu protagonista quiere recibir un trato respetuoso, deberá ser respetuosa. Especialmente con el protagonista. Las relaciones amorosas adultas son un do ut des. La prepotencia, la chulería y los malos modos harán que tu protagonista parezca una cría malcriada. Y, creeme, las crías no protagonizan novelas románticas.
Tu "heroína"
4. Si tus personajes practican alguna conducta sexual en la que no tienes experiencia directa, Pornhub no es una buena fuente de información. Redtube, tampoco. El porno es el photoshop del sexo.
También me refiero a esto
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