Vehemente y orgullosa, Kiernan es una mujer leal, leal al Sur y a un
estilo de vida que ahora ve desaparecer. Pero también es una mujer
enamorada desde la infancia del primogénito de una gran plantación de
Virginia que decidió unirse al Norte y luchar contra los suyos, cuando
el país se partió en dos. Y ella decidió olvidarle, pelear contra él y
odiarle para siempre. Valiente, testarudo y enormemente atractivo, el
coronel Jesse Cameron viste ahora el uniforme azul del ejército yanqui.
También es el hombre que entregó tiempo atrás su corazón a una joven
hermosa y rebelde. Pero eso fue antes de que la guerra lo cambiara todo,
antes de que su país se partiera en dos, antes de que ella jurara
olvidarle, pelear contra él y odiarle para siempre. La guerra les
separó, pero un destino cruel les ha unido. Son enemigos y, sin embargo,
no pueden evitar que la atracción y la pasión renazcan de nuevo.
Primera entrega de la trilogía que protagonizan los hermanos Cameron, ambientada en los albores de la Guerra de Secesión. Esta es una historia en la que prima el desarrollo de la historia de amor sobre las circunstancias históricas y ante todo una historia de personajes. Jesse Cameron, el protagonista, es un hombre de una pieza, de firmes convicciones y un corazón desgarrado entre sus afectos y lealtades y lo que le dicta la razón. Heredero de una plantación, buscará más allá de ella dar cumplimiento a su vocación como médico. Virginiano y sureño de corazón, permanecerá fiel a la Unión, pues cree que sólo en su seno su tierra puede hacerse grande, aunque esta decisión le aleje de su familia, sus amigos y de la mujer a la que ama. Enamorado de Kiernan, el amor que por ella siente no le impide ver sus defectos y sus faltas. Estamos ante un personaje complejo, muy bien construído y que resulta incluso más atractivo por los valores que interiormente encarna que por su seductora apariencia. Un magnífico pilar para edificar una historia de amor con mayúsculas.
Desgraciadamente, el otro pilar en vez de mármol, parece ser de barro. Graham intenta mostrarnos a la protagonista, Kiernan, como una criatura fascinante, una seductora mariposa que encarna las gracias que deben adornar a una dama sureña: una voluntad de acero en una apariencia de delicada femineidad. Pero a lo largo de la novela, Kiernan aparece más bien como una persona que piensa más en sí misma y en sus deseos que en los demás, intolerante e incapaz de ponerse en el lugar de los demás (en especial en el lugar de Jesse). Incluso en algún momento, los niños que tiene a cargo parecen ser más maduros y tener más capacidad de empatía con "el enemigo" que ella. Todo esto va en detrimento de la credibilidad de la historia de amor: no me ha costado nada creer que Jesse está completa, absoluta y totalmente enamorado de Kiernan. Pero por parte de ella, he tenido la constante sensación durante la lectura de que no había más que una fascinación adolescente convertida, al hacerse una mujer, en una mera atracción física.
A esta impresión general se suma un final precipitado, en el que se pergeña un matrimonio en diez páginas. Un matrimonio que en vez de ser un "fueron felices para siempre" me da en la nariz que, con estos mimbres, mas bien va a ser una fuente de dolores de cabeza para Jesse Cameron.
Valoración: Tres rosas
Desgraciadamente, el otro pilar en vez de mármol, parece ser de barro. Graham intenta mostrarnos a la protagonista, Kiernan, como una criatura fascinante, una seductora mariposa que encarna las gracias que deben adornar a una dama sureña: una voluntad de acero en una apariencia de delicada femineidad. Pero a lo largo de la novela, Kiernan aparece más bien como una persona que piensa más en sí misma y en sus deseos que en los demás, intolerante e incapaz de ponerse en el lugar de los demás (en especial en el lugar de Jesse). Incluso en algún momento, los niños que tiene a cargo parecen ser más maduros y tener más capacidad de empatía con "el enemigo" que ella. Todo esto va en detrimento de la credibilidad de la historia de amor: no me ha costado nada creer que Jesse está completa, absoluta y totalmente enamorado de Kiernan. Pero por parte de ella, he tenido la constante sensación durante la lectura de que no había más que una fascinación adolescente convertida, al hacerse una mujer, en una mera atracción física.
A esta impresión general se suma un final precipitado, en el que se pergeña un matrimonio en diez páginas. Un matrimonio que en vez de ser un "fueron felices para siempre" me da en la nariz que, con estos mimbres, mas bien va a ser una fuente de dolores de cabeza para Jesse Cameron.
Valoración: Tres rosas
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