miércoles, 27 de enero de 2016

Niyomismalosé- Megan Maxwell




Con veinte años, una cree en princesas y en amores para toda la vida. Y eso es lo que le pasó a Nora cuando se enamoró de Giorgio y se casó con él; hasta que a los cuarenta ese supuesto amor, al que ella había cuidado y ayudado a ascender en su carrera, se encapricha de una mujer más joven y comienza una nueva relación. De pronto, Nora se ve a sí misma sola, vieja, gorda, con hijos y sin trabajo, y sólo puede pensar en que su mundo se ha derrumbado. Pero gracias a la insistencia de su mejor amiga, Nora abre los ojos y se da cuenta de que, a pesar de que Giorgio la ha dejado, todo puede ser diferente.
El destino, ese gran caprichoso que a veces nos amarga o nos endulza la vida, le depara a Nora muchas sorpresas, amores e ilusiones que nunca imaginó.
Como ya me ha ocurrido con otras obras de la autora, esta novela está muy lejos de entusiasmarme.
La primera dificultad que he encontrado es que se me ha hecho muy difícil conectar con los personajes. Me han parecido muy planos, sin matices y muy tópicos. Esto es algo que me ha pasado especialmente con el protagonista masculino. Desgraciadamente, Nora, la protagonista,  tampoco me ha enganchado.
El segundo obstáculo que he encontrado ha sido la peculiar forma de escribir de la autora. Me ha llamado la atención el uso de las mismas palabras o expresiones una y otra vez, a veces separadas por unas pocas líneas, lo que me ha parecido un signo de dejadez y descuido. Algo que es disculpable en una escritora novata, pero no en quien cuanto escribió esta novela (en 2011), ya llevaba tras de sí unos cuantos libros publicados. Los diálogos en su mayoría son insustanciales, no aportan nada a la trama y no perfilan mejor los personajes. Además, pecan de exceso de frases hechas, muchas veces metidas con calzador. Del “por qué” del título, traidísimo por los pelos dentro del texto de la novela, prefiero no decir nada.
En tercer lugar, se me ha hecho larguísima la lectura. Megan Maxwell nos cuenta todo lo que hacen los personajes. Y cuando digo todo, digo todo. A partir de la mitad de la novela he tenido la sensación de estar atrapada en un peculiar día de la marmota. La trama no avanzaba, sino que se repetía una y otra vez, volviendo a comenzar en el mismo punto. Y mientras tanto se sucedían páginas y páginas en las que Maxwell nos cuenta que sus personajes van y vienen, para volver a irse de nuevo, sin que pase nada en su relación. Algo así como girar en una noria. La autora parece necesitar ocho o nueve páginas para contar lo que cabría en un párrafo, o incluso, en algunas frases. Además, aparecen muchísimos personajes secundarios, muchas veces citados de pasada o que aparecen en muy pocas escenas, que enriquecen poco o nada la novela y que aumentan todavía más la confusión.
¿Y el amor? Pues llegada a la mitad de la novela, de amor poco. Porque las escenas de sexo –que tampoco son nada del otro mundo- para mí no cuentan como amor. Y a medida que la historia avanzaba, la pasión y la ternura y sus protagonistas me han dejado fría.
Esta historia llegó a mis manos por un descarte en una biblioteca y pasará sin pena ni gloria a otras que, espero, le saquen más jugo que yo.
Valoración: Una rosa.


jueves, 7 de enero de 2016

Lite-El Clan de Mallaig III- Diane Lacombe


A las puertas de un matrimonio forzoso, Lite se ofrece para casarse con Baltair MacNèil, heredero del clan de Mallaig, a quien salva con este acto de morir en la horca. Viaja con su marido a las tierras de Mallaig y al llegar allí pronto se siente como en casa. Sin embargo, establece una distancia con Baltair que será difícil de acortar, a pesar de las diversas circunstancias que viven. Lo que finalmente comprenden Lite y Baltair es que, como aliados, la vida se hace más sencilla.
De su unión surge Iain, quien se convierte en el fascinante protagonista de Gunelle, la primera entrega de la saga.



¿Novela histórica o novela romántica? Esta fue la primera duda que me asaltó cuando preparaba esta reseña.
¿Novela romántica? Sin duda, cumple todos los requisitos básicos para serlo. “Lite” es una gran historia de amor. No es convencional,  claro. ¿Cómo podría serlo si los protagonistas se pasan más tiempo separados que juntos? A pesar de ello es una grandísima novela de amor, una de esas que no se olvidan.
¿Novela histórica? Ambientada en la Escocia del siglo XIV, “Lite” tiene detrás una poderosa ambientación histórica. No de esa que hace que cada ciertas páginas aparezca un dato-esto-lo-saqué-de-wikipedia. De la buena. De esa que hace que desde la primera frase sientas que estás en lo alto de un broch, aspirando el aire levemente salado del mar del Norte mientras tiemblas viendo como desde las montañas se acerca una mesnada  armada hasta los dientes. Esta es una novela realista, que no ahorra la dureza y la violencia propias de la época.  Lacombe nos traslada a un momento histórico en que una violación era un modo aceptable de mantener relaciones íntimas entre esposos y la mejor manera de arreglar una vieja disputa, arrasar la fortaleza de tu oponente hasta los cimientos. Si la lectora busca una Edad media idealizada, de arrebatadoras princesas y caballeros de brillante armadura, este no es su libro.
Como no podría ser de otra manera, la gran baza de la historia es una pareja protagonista potente.  Lite comienza la historia siendo una muchacha que gracias a su protectora ha vivido resguardada de los peligros y las intrigas. En su ingenuidad, pasará varios años empecinada  en un amor imposible, hasta que descubra y valore al hombre que el destino puso a su lado. Baltair comienza sintiéndose claramente atraído por Lite, y aunque el azar les unirá en un matrimonio de conveniencia para separarlos después, terminará admirando primero y amando después a la mujer en que se convertirá Lite. Mientras Lite tiene que aprender a hacerse un hueco en el mundo de Baltair, Baltair deberá aprender a hacer un hueco en su corazón para Lite. Me ha encantado este héroe que es un hombre de armas y de acción, pero también un amante callado y paciente.
“Lite” es una novela  para las lectoras que gustan de una lograda ambientación histórica y una historia de intensos sentimientos: las penas, las alegrías y, sobre todo, el amor.

Valoración: Tres rosas. 

martes, 29 de diciembre de 2015

Cautiva en la oscuridad-C.J.Roberts

Caleb es un hombre con un singular interés por la venganza. Secuestrado cuando era niño y vendido como esclavo por un mafioso hambriento de poder, no ha pensado en nada excepto la venganza. Durante doce años se ha sumergido en el mundo de los esclavos de placer buscando al hombre que él considera responsable en última instancia. Finalmente, el arquitecto de su sufrimiento ha surgido con una nueva identidad, pero no con una nueva naturaleza. Si Caleb consigue acercarse lo suficientemente para atacar, debe convertirse en la misma cosa que aborrece y secuestrar a una hermosa chica para entrenarla para ser todo lo que él fue una vez. Olivia Ruiz, de dieciocho años, acaba de despertar en un lugar extraño. Atada, con los ojos vendados y solo una tranquila voz masculina para darle la bienvenida. Su nombre es Caleb, aunque él exige ser llamado Amo. Olivia es joven, hermosa, ingenua y testaruda a más no poder. Tiene una oscura sensualidad que no puede ser escondida o negada, aunque ella intenta conseguir ambas cosas. A pesar de que tiene miedo del fuerte, sádico y arrogante hombre que la tiene prisionera, lo que mantiene a Olivia despierta en la oscuridad es su indeseada atracción por él.
Esta ha sido mi primera incursión en el “dark romance”. Seguramente sea también la última. Mis razones:
Yo a esto no le veo el “romance” por ningún lado. Esto no es una novela romántica. Esto es una novela negra. Es la historia de un secuestro y el consiguiente abuso físico, psicológico y sexual del secuestrador hacia su víctima. Si crees que aquí hay romance, necesitas hacértelo mirar. Por un psiquiatra.
Es que el romance comienza en el segundo libro”. Verás, tengo a mis espaldas muchos millones de páginas como lectora y ciertos trucos baratos no me impresionan. Trucos para inflar ventas, quiero decir. Trucos como “esto da para una novela, pero hagamos una trilogía”. Cuando un autor/editorial recurre a este truco en particular, el primer volumen corresponde al planteamiento de la historia, el segundo al nudo y el tercero al desenlace. Por lo general, para duplicar el número de páginas de un manuscrito, los autores sin talento rellenan hojas y hojas con divagaciones repetitivas. Cuando lo significativo de la historia se reduce a un tercio (o menos) del libro, parece que no pasa nada. Y cuando no pasa nada, el lector (yo) se aburre.
Dicho lo anterior, a este libro le sobran 100 páginas. Los escritores de verdad corrigen y recortan, hasta llegar a lo esencial de la historia. Tal vez la autora no pudo asistir el día que explicaron esto en su escuela de escritura creativa. Ahora que lo pienso, parece que nunca haya ido a una escuela de escritura creativa. Recortar es un servicio a la humanidad, C.J. Miles de árboles mueren inútilmente todos los años por tu causa. Ayuda a parar esta masacre.
El estilo literario es…inexistente. “Cautiva en la oscuridad” parece escrita (a ratos) por alguien de quince años. Hummm… ¿O sería en el móvil a lo largo del día?
Sus protagonistas tienen la profundidad psicológica de un camarón. Y lo confieso: no siento pasión por la biología marina. Me es imposible conectar con unos personajes tan planos. Caleb es un muñeco de plástico elaborado a partir de una acumulación de clichés por una adolescente hormonalmente desatada: es superguapo, superatractivo, supersexy y supercachas y como tuvo una infancia terrible tenemos que quererle y entender que haga de la vida de Livvie una mierda. Livvie es una marysue de libro, en la rama “desdichada huerfanita”. La perdono porque acaba de salir del cascarón y no sabe nada de la vida, es decir, es más tonta que pichote. Cualquier persona sensata sabe lo que Livvie necesita no es a Caleb, sino alejarse de él por patas, un psicólogo y una amorosa familia de acogida.
Los dos puntos anteriores me llevan a: esto es un fan fiction. O eso, o todas las malas novelas se parecen. Volvemos a encontrar por enésima vez la jovencita/adolescente con baja autoestima que desea ser querida y cree que el mejor camino es someterse a los deseos del primer gilip maromo que le hace una caída de ojitos. Con la prosa más ramplona y pedestre que imaginarse pueda.
En resumen, “Cautiva en la oscuridad” sólo puede gustar si nunca superaste la fase princesas Disney en su faceta más retorcida y tienes una edad (mental) de diecisiete años.
Y ahora me voy a leer a Kinsale. Protagonistas masculinos con un pasado traumático redimidos por el amor. Para lectores adultos. Contado por una escritora de verdad.
Valoración: Una rosa.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Viento Recio- Cindy Holby



El último de los Duncans sobrevive en los territorios vírgenes del Nuevo Mundo.
Partiendo de las Highlands en busca del Nuevo Mundo a la tierna edad de diez años, Connor Duncan aprendió muy pronto que sólo sobreviven los luchadores y los que gozan de buena estrella. Él contaba con ambos factores y terminó convirtiéndose en un excelente explorador y un experto tirador... un hombre al que siempre había que tener en cuenta.
Connor conocía mejor que los propios nativos los bosques por los que se movía, pero no se sentía nada cómodo en los salones de Williamsburg. ¿Qué podía hacer un rudo hombre de las fronteras como él con la protegida y bella sobrina del gobernador? Pero parecía que le era imposible evitar a la «viuda virgen», como se la conocía, sobre todo cuando la mujer no dejaba de insistir en acompañarle en una peligrosa misión a través de los salvajes bosques hasta el Fuerte Savannah.
Ahora, ningún secuestro, ninguna tortura, y ni siquiera el violento alumbramiento de una nueva nación podrán separar a estos dos amantes e impedir el nacimiento de una nueva dinastía de Duncans.

Imaginad:
1. Que Diana Gabaldon fuera una escritora de novela romántica al uso. Es decir, que abrieras un libro suyo y, a la tercera frase, no te asaltaran los aromas a tierra mojada, humo y picea.
2. Que fuese capaz de contar una historia en 300 páginas. (Tampoco me quejo, Diana. Tus novelas se me hacen cortas. Muy cortas)
Pues esta es la novela que hubiese escrito si se dieran las dos condiciones anteriores.
Protagonista pelirrojo. De origen escocés. Nacido en el mismo campo de batalla de Culloden. Y la acción transcurre en tierras de Carolina del Norte unos años antes de la revolución americana. En resumen, todos los elementos necesarios para – al menos en mi caso- lanzarse de cabeza a la lectura.
La historia ha estado a la altura de mis expectativas. Todos los personajes están muy bien construidos, con la pequeña excepción del hermano de la protagonista, cuyas motivaciones no quedan muy claras (aunque el misterio huele a leitmotiv de una secuela).
Me ha encantado la pareja protagonista, que crece y crece a medida que la historia se desarrolla. Connor Duncan es uno de esos protagonistas que cautivan porque es capaz de sobreponerse a una durísima experiencia vital anterior: hijo póstumo, su madre lo alumbró el mismo día de la batalla de Culloden para morir ante sus ojos vilmente ultrajada por casacas rojas cuando Connor tiene sólo diez años. A él le enviarán como esclavo al Nuevo Mundo. Allí encontrará ingleses que le brindarán su apoyo y su amistad. Pero no olvidará  que no todos son así.
Caroline Murray llega al Nuevo Mundo con la esperanza de contraer un matrimonio "adecuado", labor nada fácil, pues llega acompañada de perniciosos cotilleos sobre las repentinas muertes de sus anteriores prometidos. Además, siendo sobrina del gobernador pocos son los candidatos en esas lejanas tierras que estén en condiciones de poder aspirar a su mano. Carrie trasciende el tipo de señorita remilgada y damisela en apuros, pues Holby nos muestra desde el minuto uno que detrás de una fachada de refinamiento social se encuentra una enorme fascinación por las nuevas tierras en las que se encuentra. Será ese afán de conocimiento lo que le llevará a vivir numerosas peripecias y a encontrar un amor que merezca la pena, aunque su elección desafíe todas las convenciones sociales.Y también a pelear con uñas y dientes por él, demostrando por el camino que tras su delicada superficie se oculta un fuerte acero.  
“Viento recio” es una novela en la que tiene un peso importante la trama de aventuras, pero tan bien encajada en la historia que la ayuda a avanzar y no la lastra. Tanto el espectacular marco natural  en el que se desarrolla la novela como la presencia en ese territorio de distintos colectivos humanos, cada uno con sus intereses, lo piden. Encontrarás a lo largo de sus páginas un reflejo de la dura vida de los colonos, la posición superior a ellos que creen tener las autoridades británicas y, siempre latente, la amenaza de las distintas tribus indias. Como apunte curioso, las lectoras anglosajonas apuntan en sus reseñas de la novela en Goodreads que les recuerda al mundo de “El último mohicano”.
Aunque es una historia en la que no hay apenas escenas hot, sí narra una gran historia de amor, llena de ternura y de un sutil erotismo a lo largo de sus páginas.  
Es de agradecer que algunas editoriales nos regalen una novela bien escrita, con unos personajes potentes y una trama construida sobre cimientos sólidos. Una rara joya en estos tiempos que corren de historias con portada en negro supuestamente románticas y supuestamente eróticas y, lamentablemente, muy mal escritas. 
Lo triste es que podemos disfrutar de joyas como ésta muy de cuando en cuando, mientras el mercado está saturado de esas mal llamadas “novelas de moda”.
Al menos para mí, Cindy Holby es un gran descubrimiento. Y “Viento recio” una novela altamente recomendable.

Valoración: Cuatro rosas.


domingo, 15 de noviembre de 2015

Tus malas costumbres- Cuarteto duquesas IV- Eloisa James

Helene, la condesa de Godwin, sabe que no hay nada más insoportablemente aburrido que una mujer casta y pura. Después de todo, ella lo ha sido durante diez largos años, mientras el canalla de su marido vive entre prostíbulos y va de escándalo en escándalo. Decide que ya es hora de un cambio: se cubre con un vestido muy transparente y acude al baile cual Cenicienta, esperando encontrarse con un príncipe encantador que caiga rendido a sus pies… y también en su cama.
Pero en lugar de un príncipe, se encuentra con su inestable y exasperantemente atractivo… marido, el conde de Godwin. Éste le hace una descarada oferta, y Helene decide ser su esposa de nuevo… y no sólo de palabra. No, esta vez está decidida a ser muy, muy malvada.
Llego -por fin- a terminar esta tetralogía que, la verdad sea dicha, me ha dejado fría. No sólo porque es muy irregular y en ocasiones me ha resultado incluso un poco caótica, sino porque el final no está a la altura.
Eloisa James ha defraudado bastante mis expectativas que con sus antecedentes eran muy altas. Esperaba mucho más de ella y de esta serie que sobre al menos sobre el papel tenía todos los ingredientes para  resultar inolvidable. Lamentablemente, la olvidaré muy pronto.
En primer lugar, me ha costado mucho empatizar con los protagonistas. Durante tres libros Helene ha sido un personaje de relleno y su Rees, aún menos que eso. Ella era una pavisosa y una mojigata. Él, el mejor ejemplo de un gañán en el salón y un fiasco en la cama. James no ha sabido hacer que, como lectora, me muera por saber que va a pasar con estos dos.
La única forma de arreglar este desaguisado es, por supuesto, comenzar de nuevo. Esta es una historia de segundas oportunidades que en realidad son casi una primera vez. Helene y Rees, tras un flechazo juvenil motivado en buena medida por su común amor por la música, se fugaron para casarse en la mítica Gretna Green. El matrimonio pronto fué un fiasco, así que acordaron vivir separados. Pero mientras ella ha llevado una vida intachable durante una década, él se ha labrado a pulso una fama de rudo, antisocial e incluso licencioso. 
Cuando una de sus amigas, casada en un matrimonio feliz, tiene su primer hijo, Helene se da cuenta de repente de todas las cosas a las que ha renunciado.  Como sabe que la posibilidad de tener un matrimonio feliz es muy escasa, pasa a cifrar su objetivo en, al menos, tener un hijo. Y ya que la relación con su esposo es nula, decide tenerlo con otro hombre. El problema es que su marido no está dispuesto a dar su nombre al hijo de otro. 
Aquí debería seguir una sucesión de escenas picantes, de tiras y aflojas entre los dos y de una escalada de tensión sexual que le hubieran dado vidilla a la novela. Pero James opta por que Helene y Rees acuerden vivir juntos para tener su hijo y criarlo. La historia pierde interés desde ese momento, discurriendo por caminos previsibles.Tanto que no tiene más remedio que introducir una nueva intriga amorosa entre los personajes secundarios. La autora incluso hace que comulguemos con ruedas de molino, como que las relaciones íntimas entre Rees y Helene que hasta el momento han sido no solo insatisfactorias, sino incluso molestas para Helene, pasen a ser por arte de magia maravillosas.  
Me gustaría señalar que durante toda la serie, es evidente influencia en Eloisa James de Georgette Heyer (una escritora que recomiendo vivamente). O mejor dicho, James intenta parecerse a Heyer, pero se queda a mucha distancia de la ironía, el  fino humor y la elegancia con que la reina del Regency romance refleja la época.
En resumen, una novela decepcionante y un fín de serie en tendencia descendente.
Valoración: Dos rosas.

domingo, 25 de octubre de 2015

Si me traicionas-Trilogía Hermanos MacCarrick III- Kresley Cole


Ethan MacCarrick era un joven atractivo, hasta que fue brutalmente castigado por un crimen que no había cometido. Ethan se vengó del noble que ordenó su tortura arruinándolo y consiguiendo que tuviera que exiliarse junto con su familia. Diez años más tarde, Madeleine van Rowen, una muchacha bella y misteriosa, lo hechiza con sus encantos, pero cuando Ethan descubre que se trata de la hija de su enemigo, no duda en utilizarla para vengarse… 
Si en las dos anteriores entregas de esta trilogía ya me quejaba de la repetición de la trama, en esta tercera he encontrado... más de lo mismo (es decir, de nuevo la historia de la damisela en apuros). Eso sí, llevada en esta ocasión a unos extremos que harían llorar a un autor de folletín decimonónico. Pienso que en vez de cargar las tintas -verbo repetir, género candongo, dear Kresley-, la escritora mejor hubiera trabajado una historia con una trama diferente, porque leer tres veces seguidas  "casi lo mismo" no es de recibo. 
Kresley Cole intenta distraer introduciendo un elemento clásico en la novela romántica: una historia de venganza (que ya sabemos de antemano como terminará porque el hombre dispone, pero es ver a la churri y sólo piensa con la entrepierna a partir de entonces se nos olvidan los propósitos a la de tres). En descargo de la autora diré que la trama de venganza funciona muy bien, porque Cole la retoma bien entrada la novela, cuando la relación de los protagonistas ya está más que asentada y, justo en ese momento, la posibilidad de que Madeleine descubra que el culpable de su perra vida todas sus amargas desgracias es el hombre que ama, es un posible elemento desestabilizador de primera magnitud.  Esta lectora, tras pasar unas páginas de infarto por si se destapaba el pastel, pronto recapacitó y volvió en sí, porque como bien sabemos ustedes y yo, el happy end es en estos prados un imperativo categórico y por mor del mismo todas las perrerías se perdonan, pelillos a la mar y aquí paz y después gloria, que quedan pocas páginas para terminar la novela.  ¡Ay de esos vengadores de pacotilla si los pillara servidora!
Aun así, a estas alturas, a Cole le perdono casi todo: parece marca de la casa que no cuide las tramas y que las considere una mera excusa para reunir -o separar- a la pareja protagonista. Porque cuando los junta comienzan los fuegos artificiales. Al igual que en las dos novelas anteriores de la serie, confirmo que donde la autora se crece y demuestra lo mucho que vale es en las escenas en las que nos habla de los sentimientos y los pensamientos de los protagonistas. Sin embargo, no logra alcanzar el nivel de "Si me deseas", que en mi opinión es la mejor novela de la trilogía. Es una lástima que "Si me traicionas" sea una novela inferior a su precedente en la saga.
Valoración: Dos rosas. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

4 cosas que debes saber si escribes novela romántica

1. Una novela tiene un principio, un desarrollo y un final. No es una mera sucesión de escenas en las que la protagonista (un evidente trasunto tuyo, querida autora) alterna con el galán discusiones a gritos, -supuestamente cargadas de "tensión sexual"-, con escenas eróticas -también supuestamente cargadas de "tensión sexual". Supuestamente.
     Tu "tensión sexual"

2. Describir a tu protagonista como "atractivo" (y sus variantes "muy atractivo" e "increíblemente atractivo") es síntoma de pereza.  E identificar un físico impactante con la condición necesaria para que un hombre parezca atractivo a una mujer, es reduccionista. Son muchas las cualidades -muchas veces no sólo físicas- que hacen que un hombre sea seductor. Hay un montón de hombres calvos, gorditos, sesentones e incluso setentones que siguen pareciendo "increíblemente atractivos" y sexys a millones de mujeres en todo el mundo.
 Para muestra un botón
3.  Una cosa es ser una mujer fuerte y otra una maleducada. Si tu protagonista quiere recibir un trato respetuoso, deberá ser respetuosa. Especialmente con el protagonista. Las relaciones amorosas adultas son un do ut des. La prepotencia, la chulería y los malos modos harán que tu protagonista parezca una cría malcriada. Y, creeme, las crías no protagonizan novelas románticas.
Tu "heroína"

4. Si tus personajes practican alguna conducta sexual en la que no tienes experiencia directa, Pornhub no es una buena fuente de información. Redtube, tampoco. El porno es el photoshop del sexo.
También me refiero a esto